ALQUIMIA DEL DOLOR
Hay quien con su entusiasmo te ilumina
y hay quien, Naturaleza, te entristece.
Tú que a algunos les dices: ¡Sepultura!,
dices ¡Vida, esplendor! a los demás.
Hermes desconocido que me asistes,
aunque siempre intimida tu presencia:
gracias a ti yo soy otro rey Midas,
el más cuitado de los alquimistas;
tú me haces transformar el oro en hierro
y en infierno lo que era paraíso;
en el sudario blanco de las nubes
descubriré el cadáver de lo que amo,
y en las altas riberas celestiales
construiré sarcófagos inmensos
Esplín e Ideal
Charles Baudelaire
Las flores del mal
Traducción Carlos Pujol
Austral Básicos
Ed. Planeta Barcelona 2014
Cero a la Izquierda CALIZ
Literatura y otras fantasías animadas de ayer y de hoy
domingo, 16 de febrero de 2014
sábado, 11 de enero de 2014
Un poema de Carlos Barbarito (y un collage de Miguel Ángel Huerta Zuñiga a partir del poema) para recibir un nuevo año.
¿Qué sería sin el gorjeo del ave?
¿Qué sería sin el gorjeo del ave
parada en un pie sobre la rama?
Siento que, tal vez, sin esos quiebros
con la voz en su garganta,
al diario despertar le faltaría un centro,
como el de la nuez, blanco, dulce y aceitoso,
capaz de reavivar el apetito;
sería sólo una cáscara, dura y rugosa,
que, al ser mordida, mancharía
los dientes y las manos de pardo oscuro.
Carlos Barbarito
viernes, 27 de diciembre de 2013
HASTA SIEMPRE 46664
Llegaste al penal de la isla de Robben
– nada que ver con el futbolista – una fría mañana de 1964. molido a palos y
medio muerto, seguro. Por ser el interno
466, del año 64, sobre tu lomo lucías el número 46664. Pero yo, que soy más de
simbologías, siguiendo a antropólogos como Víctor Turner y su “Selva de los
símbolos” creo que todo tiene su porque. Buceando en la cultura occidental, el
666 es el número de la “bestia”, el anticristo. Por otra, los “cuatros”, que en el dorsal encerraban el
número del mal, bien pueden ser las cuadradillas que se usan hoy en día en las
redes sociales y de la misma forma simbolizar las rejas de una prisión. Sí, ya
sé que me dirás, maestro Madiba, que me estoy escapando por los Cerros de
Úbeda, como siempre. Pero no olvides que aguantaste durante casi treinta años
en una sucia mazmorra de menos de seis metros cuadrados, con un sopa inmunda al
día, entre pecho y espalda y el poema “Invictus” del inglés W. E. Henley, en tu
alma. Recuerda que allá por 1969 se preparó una fuga cuyo único objetivo era
asesinarte en la intentona.
Este, amigos, fue Madiba, un Premio
Nobel de la Paz y Príncipe de Asturias de la Concordia más, como otros tantos
anteriores y posteriores. Pero Mandela está por encima de todos ellos. Tal es así
que al conocerse su muerte, durante una reunión de la Comisión de Naciones
Unidas, se batió el record en asumir una propuesta, la de cancelar el acto.
Volviendo a los símbolos, y casi para hacer más hermosa, al menos asumible, tu
falta debió ser la representante argentina la que espetó, entre lágrimas:
“Siento señores que no puedo ni debo seguir... Nelson Mandela ha
muerto...” Esa frase, musitada en “argentino”
y por una melodiosa voz femenina, de pibita, tiene poder para estremecer
incluso a los pretorianos del Sistema, los mismos contra los que toda su vida
Madiba luchó. A miles de millas de distancia de que se haya dejado o no
sobornar por el Imperio como cuentan sus detractores, que algunos, aunque pocos
los tenía. Pero no olvidemos que luces y sombras las tenemos todos.
Y sigo. Años antes de su
encarcelamiento, la manifiesta corrupción de un Congreso Nacional Africano, que
se estaba dejando seducir por los cantos de sirena del imperio hizo que uno de
sus líderes, Nelson Madela, y otros más, radicalizaron su lucha y por ello fue
penado a cadena perpetua en el Penal de Robben, en condiciones infrahumanas. Ni
que decir tiene que era negro en el país del
Apartheid más cabrón, considerado, imputado y condenado terrorista y a
groso modo, una alarma social para un mundo que, en la década de los sesenta,
empezaba a dudar de muchas cosas. Algunas, las más importantes y fundamentales
diría yo, desgraciadamente se han olvidado y por eso sigue habiendo presos de
conciencia, ya no todos en las cárceles físicas sino, peor aún, en las del
alma. Porque seguir diciendo lo que un piensa, si va contracorriente, es igual
de peligroso que cuando los primeros hombre salieron de África y ya llovió.
Serénate, ve “Sálvame”, “La voz” o lo que sea en la “tele” y sé narcolepsicamante
feliz, mientras te dejen.
Quizás picando piedra, sudando bajo la
ropa empapada por la lluvia y llorando sangre comprendió, como sus antepasados
zulúes, que hacer frente a un ejército muy superior era suicidarse, y por eso
se hizo abogado durante su cautiverio. Seguro que durante toda esa maduración
personal recordó la táctica militar de ataque, en forma de cabeza de búfalo,
con la que sus ancestros repelieron a los Boers y al imperio británico y que se
basaba en una distracción, la de hacer creer al enemigo que se atacaba a pecho
descubierto, cuando realmente se le rodeaba por los flancos.
Pero la grandeza de Madiba no está en
su capacidad y tesón para estudiar, formarse y educarse en condiciones
infrahumanas, algo de lo que todos tendríamos que aprender y algunos aplicar
para dejar de recetar “recortes”. Su hazaña fue otra, la de ser capaz de
superar, no sé si podría - seguro que yo no -
perdonar y olvidar a todos los cabrones y canallas que le sodomizaron el
alma, durante la mitad de su vida. Comprendió lo que otro ilustre antropólogo,
Levi - Strauss – que, pese a lo que algunos crean, no hacía pantalones en horas libres –
postula, que el salto de la barbarie humana, en el estado de naturaleza, a la
civilización se debe a la alianza y colaboración entre grupos que
intercambiaban mujeres y regalos para emparejarse y formar lazos duraderos.
Trascendiendo, esa alianza vincula a los clanes de mayor tamaño que las
familias, se coopera y se crean recursos excedentes que se pueden intercambiar.
Ese es el origen de la Cultura. Así en una Sudáfrica al borde del caos, a su
salida de la cárcel, no cabría otra, supuestamente, que tirarse al monte,
pistola en mano y planear cazar a todos los opresores. Pero nuevamente
reorientó su destino y fue capaz de integrar una sociedad multiétnica alrededor
de un evento deportivo de masas, la final de la copa del mundo de rugby de
1995, celebrada su nación. Pese a la maravillosa “peli” del maestro Clint
Eatswood, “Invictus”, donde el simbolismo vuelve a estar a flor de piel, con un
equipo, el “Springbok”, machacado y marcado el cuerpo recogiendo la copa
mundial, simbolizando el resurgir del cuerpo social del país pese a todo, digo,
me permito dudar de la importancia que para Mandela tenía ganar o no a los “All
Blacks” de Nueva Zelanda. Quizás, solo si esa victoria simbolizase la unión de
todas las etnias de la nación y sirviese para que todos tiraran del
carro...Para terminar y aunque Madiba nunca entregó ese poema al capitán de los
“Springboks” - fue una licencia del gran Clint, para su film, él le cedió “The
man in the arena” de T. Roosvelt igualmente evocador - solo reproducir las
estrofas que leía en su cautiverio: “Doy gracias al dios que pudiera existir
/ por mi alma imperturbable / Soy el amo de mi destino / El capitán de mi alma”.
Desde hoy el mundo tiene menos luz, quizás tengamos más frío.
Heri
Gutiérrez Garcia.
domingo, 24 de noviembre de 2013
domingo, 10 de noviembre de 2013
lunes, 4 de noviembre de 2013
sábado, 17 de agosto de 2013
Lois Pereiro en Monforte
Los integrantes de la empresa Condición Creativa, Humberto Loureiro y Miguel Rodríguez en colaboración con el Ayuntamiento de Monforte también rinden un homenaje -a su manera- al poeta monfortino, pintando un mural con una imagen de Lois Pereiro que ocupa varios pisos y mide más de diez metros de altura. En la prolongación de la rua Zapardiel. (El texto fue copiado de La Voz de Galicia del 9 de abril de 2011) La foto es mía del 15 de agosto de 2013.
sábado, 3 de agosto de 2013
SE EQUIVOCÓ
Y así lo
confesó, nuestro Sr. Presidente, en Las Cortes. Pero no voy a ser oportunista,
no mucho al menos, aunque si quiero pecar de reivindicativo en esta columna. Me
importa un bledo que su señoría sea amigo o no, se vaya de copas o al cine, con
el Sr. Bárcenas, porque cada uno elige a sus colegas, coyacios de acampada.
Tampoco me preocupa discernir como cobró cada cual en un partido, el que sea,
porque en este caso deberán ser los auditores del Estado quienes certifiquen la
legalidad o no de tales prácticas. Y menos aún me preocupan en la actualidad,
porque no soy rencoroso, Sr. Rajoy, sus desafortunadas explicaciones respecto a
los “hilillos de plastilina” que brotaban del Prestige hundido más allá de las
Torres de Hércules. Allá cada cuál con su conciencia limpia o sucia de
chapapote, galipote n'Asturies. Y para que nadie crea que soy un “abandonao”,
como el que no engrasaba los ejes en la canción de Atahualpa Yupanqui, le voy a
susurrar unas cuantas cuestiones en que también se equivoca, a mi juicio, por
empecinarse en seguir la huella, no sé de qué marca de casa ajena, en el largo
camino.
Queridos amigos que pasáis la
mañana, con una caña en la mano y el periódico en la otra, quiero contaros
algo. Dicen, comentan y supuran dos economistas mucho más capaces que yo, como
son Emilio Ontiveros o el también asturiano Ángel de la Fuente, que las cosas
se están haciendo mal y todo ello ante los oídos sordos de quienes nos dirigen.
Sus datos y explicaciones, que a veces se escapan incluso a tipos bragados
metidos en harina, como ellos, ponen los pelos de punta. Para no abrumaros en
exceso y aprovechando la comparecencia de nuestro Sr. presidente, me atrevería
a preguntar, lanzar al espacio una serie de clamores, de orate, aunque sea
igualmente ninguneado.
Me gustaría que alguien explicara
por qué cuando vives en la oposición – sea el partido que monte - unos datos
son coyunturales, es decir de temporada, sin ninguna base científica que
ratifique el cambio de ciclo y en cambio tornan, desde la posición de gobierno,
en signos de recuperación y bonanza económica sin límites. De la misma forma,
nadie explica a “Juan español” cómo se come el plato de moda actual que
contiene una ensalada indigesta que presenta a las exportaciones en franco
crecimiento, salteada con un PIB - macromagnitud utilizada para definir los
índices de crecimiento de una nación – paupérrimo y sin visos de recuperación
real. La explicación, muy sencilla de identificar, pero callada cobardemente,
es la siguiente. Y que la rebata quién se atreva. Veamos pues, el Producto
Interior Bruto (PIB) es, sin muchas vueltas y simplificando para que lo
entendamos todos, la suma anual del consumo de familias, gasto del Estado,
inversión de empresas y la diferencia del saldo de caja entre exportaciones e
importaciones. Pues bien, todos sabéis, porque lo sufrimos, que la tijera de
Rajoy y el cinturón reductor de abdomen de su política económica hacen que nos
cortemos al comprar, básicamente porque no tenemos tanta pasta como antes y
además la inflación hace que todo sea más caro. De postre, los impuestos al
consumo sufren priapismo en número y cuantía, las reducciones del gasto público
en servicios sociales, educación y sanidad, unido a los estacazos de la U.E.,
hacen el resto. Y la indigestión se transforma en cagalera. Por cierto, alguien
debería decir que las exportaciones crecen, no porque la marca España sea
seductora para los clientes exteriores, porque su competitividad o calidad
dejen boquiabierta a la concurrencia. Lo hacen más bien porque la caída de
salarios, precarización del mercado de trabajo y otras perlas similares suponen
que nuestros productos resultan más baratos que otros de mejores
características. Y ante la “pela”...
Y en estas, del estío canicular, a
caballo entre el inicio de las vacaciones de unos, la vuelta al trabajo de
otros o el ansia por encontrar uno digno de siete millones de españoles en paro
y los dos millones de familias sin un euro de ingreso al mes, estamos.
Engañados o en trance por lo que en las Ciencias Sociales se conoce como miopía
del ciudadano.
Regocijarse con las subidas de
empleo estival es de enanos mentales, cómo siempre fue. Además, no olvidemos
que para ser metodológicamente serios deberíamos cruzar datos de empleo con
otros como los de saldo de la inmigración, por ejemplo y recordar que, en los
últimos tiempos, la tendencia se ha invertido, es decir se da una vuelta hacia
los países de origen. Y eso significa empleos abandonados por recursos
extranjeros que son ocupados por nacionales. ¡Ah! ¿Qué eso no puede decirse?
Por eso, así nos va. Y ojo a la fuga de cerebros, más allá de la insustancial
“peli” de Amaya Salamanca y Mario Casas, porque los jóvenes que emigran, para
comer Sra. Ministra, no para vivir de lujo, descapitalizan intelectualmente un
país y no vuelven. Es por otra, algo que ocurre en los entornos
subdesarrollados. Como diría Chiquito de la Calzada ¡Qué lo sepas!
Heri
Gutiérrez García.
viernes, 12 de julio de 2013
Bécquer no era idiota ni Machado un ganapán
...Y por los dos
sabrás, que el olvido del amor se cura en soledad... Esta era la letra de una
pegadiza canción del grupo charnego Gabinete Caligari, cuyo título “Camino
Soria”, vuelve a estar de moda en las gargantas de los españolitos que tenemos
que ganarnos las viandas diarias, más allá de la alta política.
El pluscuamperfecto ministro J.M.
Soria, impecablemente engominado, raya al medio, traje sobrio a juego, ha dado
muestras de su estilismo elitista, que no de su capacidad de análisis político
social, en una reciente comparecencia en el Senado. Lejos de la ribera del
Duero, el Canario se destapa con afirmaciones, casi dogmas de fe, horneados en
las calderas del Pedro Botero más neoliberal. ¡Qué si el carbón de las cuencas
mineras españolas es malo, sin calidad, ineficiente y caro! ¡Qué en Asturies se
han despilfarrado los fondos mineros durante décadas! ¡Qué no se ha creado
empresa autóctona ni capacidades locales que atraigan iniciativas foráneas! Y
más flores de la misma huerta o plátanos del bananero, que monta tanto. Bien;
considerando aceptable pulpo por animal de compañía, como permitía la campaña
publicitaria de un conocido juego de mesa durante los “gloriosos ochenta” -
coño, Sr. Soria, cuando empezamos a despilfarrar los astures -. Aceptando esto,
digo, serían bastante asumibles algunas de las “verdades” entonadas por el Sr.
Ministro de Industria. Entendiendo, siempre, que todo ello forma parte de una
complicada partida de ajedrez, eterna celada, en la que se vive un continuo
gambito de dama, cortejada por galanes como de Guindos, Montoro, Rajoy o Aznar,
algunos bajo la sombra de la torre de Bárcenas que amenaza desmoronarse sobre
ellos, hendida por el rayo.
Claro, como el que escribe estas líneas
no es político practicante, más bien agnóstico en ese mundo, un Diógenes ajeno
a las Cortes, no entiende ni pretende, de circunloquios maquiavélicos, hijos de
la oratoria de Demóstenes. Porque además, no lo olvidemos, los actuales padres
de la Patria, distan mucho de ser eruditos en la materia, como si eran los griegos.
Quizás por eso, el Sr. Wert Ministro de Educación, también parte del cortejo,
parece empecinarse en desmontar, más aún, si cabe, el sistema educativo
español. Así todos seremos analfabetos estructurales y por ello, más fáciles de
manipular, como “épsiloms” en el mundo
feliz de Aldous Huxley.
Pero volvamos al redil, sin que se
me vuelva a escapar el jamelgo. Obviando todas las premisas anteriores porque,
la verdad, si que podríamos haber hecho las cosas, al menos, un poco mejor
olvidándonos de vulgares juegos de tronos, tan empobrecidos por localismos como
por personalismos y rancias enemistades inexpugnables, hay algo que a mi “nun
me cuadra, Sr. “menistro” que diría mi güela Oliva”.
Y por fin aterrizamos, queridos
pasajeros. A mi juicio, debería haber sido el Sr Soria más comedido con las
comparaciones porque el buen profesor no compara públicamente a los alumnos
sino quiere crear adultos frustrados o, en su defecto, psicópatas “engorilados”.
Y de saltarse a la torera esta norma no escrita, que también vale para los
padres y los hijos – y él lo es de la patria que dice representar – debería
revisar la Historia “histeria” Política española reciente. Si los datos
biográficos son ciertos no podemos justificar desconocimiento por juventud, ya
que este Gran Canario ha pasado de largo el medio siglo de vida. Tampoco la
insularidad es esgrimible en su defensa pues pasó años como analista de
mercados en Hispanoamérica y formó parte del equipo de asesores de Carlos
Solchaga, por aquellas Ministro de Economía del Sr. Felipe González. ¡Si, a mí
también me rechina, amigos! Pero la vida da muchos cambios, bandazos más bien.
No sé entonces como puede olvidársele que el caso del País Vasco no tiene nada
que ver con el de las Cuencas Mineras españolas. De hecho, casi es una
aberración comparar los entornos de concejos como Laviana, Sobrescobio o Caso
con los de SMRA o Llangreu (sin que se enfaden los alcaldes amigos). Permita
usía que un pobre “profe” de Economía y Antropología le explique los
significados del uso del poder. Y no me voy a ir a la edad media, ni a la época
en que los incipientes Estados – Nación coaccionaban a los ciudadanos con
sumariales ejecuciones públicas. Vengo, por contra, mucho más acá, incluso de
Sabino Arana. ¿No sabe Ud. que el Euskadi disfruta de dos armas que el resto
del Estado Español – salvedad de Catalunya - no dispone? A saber: la primera,
deleznable a todas luces, se la procuran las armas, la “Kale Borroka” y el
extremismo radical abertxale. La segunda, se la otorgan las urnas por una Ley D’hontd
- necesariamente revisable – que
confiere al PNV la representación en Las Cortes y en muchas ocasiones como
partido bisagra que ayuda a gobernar en minoría. ¿Ah, qué no se acordaba? Pues
madure sus reflexiones, como los plátanos al sol de su bendita tierra, antes de
lanzarlas al espacio, porque aunque la canción de Jaime Urrutia diga el que
dolor es fugaz, a veces se hace insoportable, más allá del monte de las ánimas
o de las bocaminas a los que, mal que nos pese a todos, debemos de sobreponernos.
Heri
Gutiérrez García.
domingo, 30 de junio de 2013
COMO SÍSIFO, ENCADENADOS A UNA JODIDA RUEDA
La Historia,
casi histeria, del ser humano está plagada de ejemplos que sirven para explicar
lo que quiero comentar apresuradamente en esta columna. Por principio el poder
siempre se ha casado con sus secuaces para, con tal unión, seguir sodomizando a
los que no tienen tantos haberes. Más o menos, sería poner en valor las
capacidades fácticas de la opresión, con la intención de perpetuarse ad eternum,
generación tras generación y destruyendo conciencias. Tengo algunos buenos
amigos y bastantes más conocidos que comentan y me advierten, no exentos de
mucha gracia y sorna, de lo peligroso que es hablar como lo hago o rasgar en el
papel con una fesoria como suelo. Dicen, con razón, que meterse con el capital
internacional – más bien con quienes lo detentan – es un peligro de osadía,
pecado contra natura, solo penado con la muerte por inanición para el atrevido
que lo perpetra. Pero bueno, en el riesgo está la capacidad de superación y la
adrenalina segregada te hace sentir mejor persona. Al menos, así me engaño.
Hace tiempo que ya ha sido
desbancada la teoría de evolución unilineal que explicaba el paso de las
primeras comunidades nómadas y salvajes al barbarismo primero y posteriormente
a las jefaturas y estados, por uno de los padres de la antropología Lewis H.
Morgan – que por cierto llegó a ser jefe de guerra de los indios Hopi y cuya
figura sirvió para hacer la peli “Bailando con lobos” de K. Costner-. No
obstante quienes, desde distintas ideologías, criticaron y tumbaron finalmente
la anterior teoría, como pueden ser Spencer, Boas, Engels o Marx, coinciden con
Morgan a la hora de evidenciar que la propiedad privada aparece en el momento
en que el desarrollo “tecnológico” permite al Hombre la destreza de domesticar
plantas y animales. Hasta ese momento, preciso instante, todo era compartido
por la tribu y al no existir excedentes -porque todo lo que se “producía”,
cazaba o plantaba se consumía en la comunidad- nadie se hacía ilusiones
por apoderarse de nada.
Miles de años posteriores, sirven al
mono desnudo – terminología gentileza de D. Morris – para ir puliendo nuevos
sistemas de opresión sobre sus semejantes. Así quién, por genética o
“posibles”, consigue unos niveles de educación superiores, se rodea de los
cachas de turno a los que utiliza como fuerza de choque pretoriana, igualito
que los gorilas del “planeta de los simios”. Así, mientras los huesos de nuestros antepasados iban abonando la tierra
en la que sus descendientes se criaban, las persecuciones sobre quienes
opinaban contra el dogma se suceden, más allá de los “aguijonazos” de la Santa
Inquisición sobre las carnes de cientos de anónimos Miguel Servet de cada
momento. Violaciones sistemáticas sobre carne y conciencia, son analizadas
desde la dialéctica del poder, como instrumentos de opresión más allá de su
naturaleza cruenta, entrando en el mundo de los símbolos. Vamos que
descuartizar a William Wallas y repartir sus esquejes por toda Inglaterra, era
más que una ejecución sumarial pública, un intento del monarca “Longchams”, por amedrentar a sus súbditos
montañeses de la Escocia medieval.
Eso todo este repaso desde la
Antropología a la Historia – histeria Humana-, no tendría significado, más allá
de llenar unas líneas en la correspondiente columna de Ciudad Lineal, si el que
la firma, osea yo, no se mojase un poco más. Y eso que agua tuvimos bastante
este año, eh? Y como en la relación que existe entre Eros y Tánatos -amor y
muerte – no podemos olvidar que nuevas formas de coacción sobrevuelan, como
buitres negros ávidos de sangre, nuestras cabezas. Consecuentemente, solo
asumiendo como norma general, la del egoísmo humano, salvedad hecha del
altruismo parental o recíproco, se puede comprender la realidad del mundo que
disfrutamos en los albores de este milenio. Porque el individuo, como tal, es
egoísta y solo la Educación lo hace altruista, social y solidario; bases éstas
que permiten el desarrollo de los pueblos desde la dignidad de una
heterogeneidad cultural que tanto llena la boca de quienes no la practican ni
mucho menos se la creen. Y eso paez que ye lo que mola ahora.
¿Ah, amigos, por eso entonces las
directrices de la U.E. se centran en
reducir los gastos en educación, sanidad? Y todos creíamos que era para reducir
la Deuda Pública de sus Estados miembros. Y una polla como una olla, que diría
el castizo, hermanos del hard rock. Vamos que como sentenciaba el senador
Camilo José Cela, no es lo mismo estar dormido que durmiendo, como tampoco lo
es estar jodido que lo otro.
Y en estas, para que todos los
españolitos despertemos y nos sintamos verdaderamente jodidos, como Sísifo que
castigado debía limpiar la mierda de los dioses contra los que había
blasfemado. Por eso, digo, a unos meses de las elecciones en Alemania, la Sra.
Merkel se descuelga con una campaña electoral que contradice todo lo que
anteriormente había alabado y propuesto para los socios del sur. Y la re-oca;
va la muy rubia y se aberronha contra la roca viva proponiendo aumentos del
gasto público en educación, sanidad y servicios sociales. Para su país, claro.
Bueno que nos lo expliquen nuestros sabios políticos Soria, de Guindos, Montoro
o Rajoy; ellos que serán los próximos Premios Príncipe de Asturias - sino Nobel
- ¡al tiempo!; por lograr que un país, España, cree empleo en plena recesión.
Algo que hasta ahora nadie había logrado. Pero bueno, el verano ha llegado,
sino en temperatura, en fechas y por ello, carpe diem, amigos.
Heri
Gutiérrez Garcia
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