jueves, 24 de diciembre de 2009

PAPA; ¿DE QUÉ ESTÁN HECHOS LOS SUEÑOS?

En los lejanos años setenta, un anuncio de la única televisión que reinaba en las ondas españolas alertaba del peligro de los incendios para con los bosques. Si la memoria no me engaña y los parches sobre la misma funcionan bien, era más o menos así. Un padre y su hijo dialogaban tras los cristales de una ventana herméticamente cerrada en un decorado que intentaba ser futurista. El niño preguntaba: Papa; ¿Qué eran los árboles?. Éste, no contestaba y miraba lacónicamente hacia la calle escapándosele una furtiva lágrima.
Si hoy, de igual manera, cualquier párvulo pidiese información a su padre sobre la materia y esencia de los sueños, yo le aconsejaría que le comentase la siguiente anécdota. En un partido trabado, el gran Kike Mejuto hacía lo que podía. Un equipo de rojo y el otro de azul pugnaban por “llevarse el gato al agua” y ganar el trofeo de la final de la manera más rápida posible. El luminoso cantaba un claro tres a uno a para los de rojo. A Manfredo Álvarez, el “speakerr” del evento, se le hinchaban las venas del cuello, desgañitándose en la narración de cada jugada. A falta de ocho minutos y quince segundo, dos cambios. El siete entraba con los que perdían y el diez con los ganadores. Ambos de mismo nombre, David, se pusieron rápidamente a la tarea. El siete, para los entendidos, aficionados y prensa seria, el mejor delantero centro del momento, natural de Tuilla y deslocalizado en Valencia, hizo posiblemente el mejor partido de su vida. Dio pases en profundidad, corrió la banda, metió el cuerpo y animo a sus compañeros... El diez, en el otro equipo, no le iba a la zaga. ¡“Coño”; “ye Busta”! Gritaban unas fans. ¡Oye; que toque “tien”...Podía dedicarse al fútbol si le falla la voz!. Kike, tenía que multiplicarse, ayudado en las bandas por un chico rubio, ante el empuje creciente y las continuas maravillas de los dos fenómenos. El resultado final; tres a uno para los de Bustamente. Pero seguro que a nadie le importa. Bueno si; los representantes de los dos equipos, alumnos del centro de integración de Pando y de la asociación de discapacitados Rey Aurelio, si que querían ganar a toda costa. Hasta el momento en que sus ídolos, los nuestros, entraron por sorpresa y entre aplausos, en la cancha del multiusos Juan Carlos Beiro.
Villa perdió y ni siquiera “mojó”, pero seguro que ese fue uno de los partidos en los que más orgulloso se sintió. Me atrevería a decir que el máximo goleador de la última eurocopa, referente del área en la “liga de las estrellas”, deseado por los mejores equipos del mundo y temido por todos los porteros de fútbol, disfrutó como el sobrenombre que le acompaña;“el guaje” se lo pasó como tal. Y que decir de Mejuto; hasta tiró un penalti, y marcó. La pasta de la que están hechos ellos y todos los que disfrutaron, en pantalón corto sobre el parqué esa grandiosa tarde, es la misma que conforma los sueños desde la noche de los tiempos y el amanecer de la civilización humana. La que nos permite protagonizar, día a día, las epopeyas cotidianas, engendrar proyectos de futuro y, en resumidas cuentas, ser mas humanos. La lista de referentes para la causa ha de ser larga, interminable y fiel a los principios que se proclaman. Lo saben todos los deportistas de corazón que actuaron en aquella comprometida causa, sin olvidarse de las Instituciones que colaboraron. No podemos dejarlo pasar; debemos seguir su ejemplo, más allá de las fiestas navideñas, trascendiendo hacia el futuro, como legado y esencia de humanidad. Los presentes en la fiesta; allí lo aprendimos. Al fin descubrimos de qué están hechos los sueños.
El colofón al acto fue un partidillo entre amigos de Mejuto y de Villa cargado de malabarismos, taconazos, bromas, aplausos, olas entre el público, diversión y fantasía. Pero lo que verdaderamente importaba ya estaba hecho. Se había ido cocinando lentamente a lo largo de la tarde. Con la complicidad del público respondió en masa y llenaba las gradas. Enhorabuena y felicidades a todos.
Por eso; si el papá antes citado, me pidiese consejo para contestar a su hijo, le diría que tendría que haber estado en el pabellón Beiro el pasado 23 de Diciembre donde se impartió una lección de compromiso solidario. Allí, de aquella guisa, lo hubiese entendido. Por que hubo un ramillete de fenómenos, del deporte y la vida, que se involucraron con sentimiento de forma desinteresada, ejemplar y nada caprichosa con el prójimo más necesitado.
Heri Gutiérrez García.

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