

Aquí otra medida tiene la belleza/ modela otros pómulos / despierta otras frentes, diseña otras nucas/ pero es Belleza la Belleza y no miente/ renace aquí entre almas rizadas /entre pieles dulces como seda/ y miembros estupendamente torneados
El mar está tranquilo y colorado /con casas blancas y palmeras / colores fuertes de una paleta cubista/ como dice un poeta africano/ Hacen falta otros sentidos/ cambiar incluso nuestras costumbres/ para captar el decurso enloquecido/ que acompaña como pestilencia a estas lunasPerdidos tras metrópolis de cabañas/ en el claro que queda entre palmeras negras como plumas/ árboles de claveles, de canela/ tres instrumentos tocados casi por el fuego de un horno inextinguible/ mejillas negras chillando una y otra vez las mismas notas de leopardos heridosEl terceto se constituía en centro/ así, burdo y religioso, malolientes como ganado/ los tres músicos, espalda contra espalda, apretados porque alrededor/ en sagrados círculos de pocos metros/regiraba una riada de miles de cuerposEn el círculo interior daban vuelta las mujeres, entre sí pegadas/ apenas susurrantes en la danza/ En el exterior los hombres/ todos jóvenes, con calzones de tela ligera/ en torno al perno de trompas, extrañamente tranquilos giraban/ sacudiendo apenas los hombros y las ancasPero de vez en cuando, con hambre de leones/ las piernas abiertas, el vientre adelantado/ se agitaban como en un coito con los ojos hacia el cielo...A su lado las mujeres, túnicas celestes sobre el cuero negro de su piel sudada/ los ojos bajos/ bailaban incubando un regocijo milenario
El mar está tranquilo y colorado /con casas blancas y palmeras / colores fuertes de una paleta cubista/ como dice un poeta africano/ Hacen falta otros sentidos/ cambiar incluso nuestras costumbres/ para captar el decurso enloquecido/ que acompaña como pestilencia a estas lunasPerdidos tras metrópolis de cabañas/ en el claro que queda entre palmeras negras como plumas/ árboles de claveles, de canela/ tres instrumentos tocados casi por el fuego de un horno inextinguible/ mejillas negras chillando una y otra vez las mismas notas de leopardos heridosEl terceto se constituía en centro/ así, burdo y religioso, malolientes como ganado/ los tres músicos, espalda contra espalda, apretados porque alrededor/ en sagrados círculos de pocos metros/regiraba una riada de miles de cuerposEn el círculo interior daban vuelta las mujeres, entre sí pegadas/ apenas susurrantes en la danza/ En el exterior los hombres/ todos jóvenes, con calzones de tela ligera/ en torno al perno de trompas, extrañamente tranquilos giraban/ sacudiendo apenas los hombros y las ancasPero de vez en cuando, con hambre de leones/ las piernas abiertas, el vientre adelantado/ se agitaban como en un coito con los ojos hacia el cielo...A su lado las mujeres, túnicas celestes sobre el cuero negro de su piel sudada/ los ojos bajos/ bailaban incubando un regocijo milenario
Pier Paolo Pasolini, de Poesía en forma de rosa.
Fuente Luis Álvarez Quintana en http://quintanabajolalluvia.blogspot.com/
3 comentarios:
Muchas gracias,y por incluirme en tu lista. Cambiame el apellido,que es Santiago,Alonso es la actriz,y un tal Fernando que conduce coches muy rápidos.
De nuevo agradecida por estrenar mi blog,nos vemos
¿Dónde tendría la cabeza? Lo siento, pero enseguida lo cambio
hola, me sorprendió que publicaras el poema (fragnento)de Pasolini. Veo que sintonizamos una frecuencia similar. Visito tu blog por la onda que le ponés. Esto es apenas una formal presentación, espero, Señor, que el intercambio continúe...
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