sábado, 27 de enero de 2007

La movida


La Movida: Veritas Non Auctoritas Facit LegemTomás Ruiz-Rivas La cita que da título a este comunicado es una inversión de la famosasentencia de Hobbes, "la autoridad, no la verdad, hace la ley", con la queel filósofo inglés pretendía, ya entrado el siglo XVII, justificar elabsolutismo empleando la razón, lo cual es obviamente un sinsentido. Lainversión no es mía, se hizo popular en el siglo siguiente y todavía hoy seencuentra con frecuencia en escritos sobre política y ciencias legales,porque es un principio del sistema democrático occidental: la verdad, no laautoridad, hace la ley.He elegido una referencia tan pretenciosa para iniciar el segundocomunicado, dedicado al homenaje a la Movida que ha perpetrado la Comunidadde Madrid, porque pienso que debemos reflexionar, con seriedad y enprofundidad, sobre lo que significa un proyecto así en el contexto actual delas artes visuales madrileñas. Es decir, para conducir el discurso hacia undebate sobre las políticas culturales locales y nuestro inexistente sistemade apoyo a la creación, y continuar con lo que se inició en el Conde Duqueen noviembre (ver las notas Freaks I y II, que escribí para la ADPCMwww.adpcm.wordpress.com).Evitando sarcasmos fáciles, el homenaje en lo primero que falla esprecisamente en ser homenaje, en su carácter laudatorio, cuando lo únicopertinente, de haberlo, habría sido una revisión histórica(1). Un análisisriguroso y desprejuiciado de lo que fue la Movida en su momento y enrelación con un amplio espectro de manifestaciones artísticas y culturalesque tuvieron lugar también en los 80 y que no se vinculan en modo alguno conella. Y en relación también con un hecho crucial de esa década, que es elgolpe de Estado de 1981, cuyo impacto en la cultura española se mantiene enuna zona borrosa de las investigaciones históricas.Pero el texto que presenta la exposición de Alcalá 31, en espera delcatálogo, es un alarde de banalidad e irresponsabilidad, de cutrerío, parasituarnos en la época: "La Movida no fue un movimiento propiamente dicho, nohubo un manifiesto teórico fue más bien la explosión de individualidadescreativas."(2) No pretendo hacer en estas páginas ni una crítica de esaexposición ni menos aún trazar una historia de la Movida, pero creo que hayque aclarar algunas cosas. "La Movida - cito a Eduardo Subirats porque no sepuede mejorar su semblanza - fue un efecto de superficie, no una obra dearte total. Se identificó enteramente con la fiesta frívola y corrupta, conuna estrategia de signos bufos, y con una acción social comprendidaestrictamente como mercancía y simulacro. (...) Pese a su banalidad, oprecisamente a causa de ella, la Movida significó, sin embargo, unaverdadera y radical transformación de la cultura. Neutralizó cualquier formaimaginable de crítica social y de reflexión histórica."(3)La Movida, efectivamente, sólo puede entenderse como un momentoreaccionario, inscrito en la revolución neo-conservadora promovida porRonald Reagan y Margaret Thatcher, y que en las artes visuales secaracterizó por la vuelta a los soportes tradicionales, la erradicación delos discursos antagónicos desde una supuesta superación dialéctica conocidacomo postmodernidad, y un desprecio institucionalizado hacia las prácticasmás connotadas políticamente, como el arte colaborativo, el public art y lossite specific. Y también por la revalorización del "genio artístico" comomodelo de individuo absolutamente autónomo y a-histórico, que es quizás loúnico que, irreflexivamente, señala Blanca Sánchez en su texto.Pero lo que realmente nos interesa es una especie de traca final titulada:"La Movida. Madrid 06 nuevos creadores". El primer texto de presentacióngana en profundidad y extensión al de Blanca Sánchez: "Hace 25 años Madridfue una movida. Hoy, la nueva generación de artistas trabajan desde elintercambio cultural y la relación entre disciplinas. El panorama bulle entorno a la moda, las letras, la música y las artes plásticas, que endiciembre y enero cuentan con todo el protagonismo en lugares mágicos paracelebrar el acto fundacional de la nueva movida. Bienvenidos."(4)He prometido no caer en el sarcasmo, pero tengo que hacer notar que para lacomisión de este textículo ha hecho falta el concurso no de uno, ni de dos,ni de tres, sino de hasta ocho cráneos privilegiados, pues tantos son losnombres de curadores que aparecen en el folleto. Su mejor hallazgo es sinduda lo de los "lugares mágicos". ¿Qué demonios querrán decir? Hay varioscambios entre este pequeño desplegable, que recogí en Alcalá 31, y eltabloide amarillo que se distribuyó un mes antes con la prensa diaria. Y enun tercer folleto, que he recibido por e-mail, la información cambia otravez más, aunque aparte del delirante título "Destino Futuro" hay poco quereseñar.La idea de promover una nueva movida es, sin ningún tipo de paliativo, unainsensatez. Nadie con dos dedos de frente puede tomarse algo así en serio, ynadie con un mínimo de vergüenza debería poner su nombre en semejantecartel. Puede que nos hayamos acostumbrado a la desfachatez de lospolíticos, pero está claro que la propuesta sólo nos dice una cosa: que todoeste programa carece de contenido cultural. Todo el homenaje a la Movida noes más que otro espectáculo de la pre-campaña electoral.Pero vamos a entrar ya en materia, porque lo dicho hasta ahora era sobretodo para contextualizar la reflexión que prometí en el segundo párrafo. Elproblema, para plantearlo de la manera más sencilla, es que la Comunidad deMadrid se ha gastado en el homenaje a la Movida más de 3.000.000 de euros, yMadrid no tiene todavía un sistema de apoyo a la creación artística. Nibueno, ni malo. Ninguno.Hace un año, cuando Álvaro Ballarín, director general de Museos, Archivos yBibliotecas de la CAM, anunció este programa y la dotación de un millón parasu ejecución, todos nos llevamos las manos a la cabeza, y el portavoz decultura de Izquierda Unida señaló las precarias condiciones en que seproduce cultura en las salas alternativas de Madrid. ¿Qué vamos a hacerahora que se han gastado no uno, sino tres millones?El homenaje a la Movida es parte de una tradición de (mal-)uso político delarte contemporáneo, que tiene sus raíces en el papel que jugó Luis GonzálezRobles como comisario de exposiciones en la dirección general de BellasArtes, durante los años 50 y 60. En los 90 Luis Alberto Cuenca, secretariode Estado de Cultura, y Miguel Ángel Cortés, secretario de Estado deCooperación Internacional, redescubrieron para el gobierno de Aznar larentabilidad política del arte contemporáneo: una producción artística conformas avanzadas pero contenidos frivolizados sirve para compensar la imagennacional-católica y ultramontana del PP, al tiempo que neutraliza la culturacomo espacio de conflicto ideológico. El mejor ejemplo sigue siendo laexposición The Real Royal Trip, en la que se gastó un millón de euros paramontar una exposición de arte joven en Nueva York, pero no para introducir anuestros creadores en los Estados Unidos, sino para convencer a losespañoles de la modernidad internacionalista del gobierno de turno. LaMovida no fue otra cosa, pero a beneficio del PSOE, que deseaba superar laimagen progre y pobre del socialista de los 70, y de paso evitar cualquierdebate sobre la Transición.El homenaje a la Movida está pues dentro de esta lógica: la imagen ranciaque proyecta Esperanza Aguirre se puede compensar recuperando una modernidadidiotizada y festiva, que el sastre de turno cree poder recoser y adaptar ala medida de las necesidades políticas del momento.Nuestros gobernantes parecen haber adoptado como programa una sentencia deHabermas, aunque el filósofo alemán la escribiese como crítica: "El contactocon la cultura forma, mientras que el consumo de la cultura de masas no dejahuella alguna; proporciona un tipo de experiencia que no es acumulativa,sino regresiva."(5)En definitiva, cualquier cosa menos dejar que sean los artistas los quehagan el arte. El discurso emana del poder político, porque para ellos"Auctoritas non veritas facit legem". Esto ya no es la lógica del absurdo,sino la de la dictadura. La verdad, en este caso el discurso del artemadrileño, no reside en un debate entre diferentes agentes culturales, sinoen el ejercicio del poder. Su estructura no se corresponde con la de esedebate, sino que consiste en su identidad con el poder. Hardt y Negridefinen la corrupción como "...el ejercicio puro de la autoridad, sinninguna referencia proporcionada o adecuada al mundo de la vida."(6) Mejorni extraer conclusiones.Pero sí voy a poner ejemplos con nombre: los espacios alternativos de artecontemporáneo de Madrid, que estamos agrupados en una red, rechazamos enrepetidas ocasiones participar en el susodicho homenaje. Ni el Antimuseo(más conocido como el Ojo Atómico), ni Liquidación Total ni la Enana Marrónconsideramos coherente tomar parte en él, y así se lo hicimos saber a ÁlvaroBallarín. Sin embargo una vez que en la CAM habían descubierto la existenciade los espacios alternativos de arte, debieron considerar necesaria suparticipación en eso que modestamente llaman el "acto fundacional de lanueva movida". Si los que hay, que llevan años trabajando, con programasinternacionales, con apoyo de instituciones de medio mundo, etc. no quierencolaborar, ¿qué se hace? Pues inventar otros. Por ejemplo el bar La MariPepa; véanlo en el programa. Ahora bien, la transformación del bar La MariPepa, que quizás sea un bar estupendo, no lo conozco, en espacio alternativode arte contemporáneo sólo puede consumarse por un ejercicio puro deautoridad, vulgo porque me sale de los huevos, y en latín auctoritas nonveritas facit legem.Y mientras la autoridad que indudablemente se desprende de tres millones deeuros convierte al bar la Mari Pepa y otros muchos en la versión madrileñade la NGBK y el PS1 juntos y en su mejor momento, devuelve la juventud aartistas cuarentones e inventa una excitante escena artística allí donde losdemás vemos desolación y podredumbre, los espacios alternativos de verdadcarecen de un canal administrativo para solicitar apoyos a la Comunidad deMadrid. Y no sólo ellos, sino todos los mediadores independientes de Madrid,sean curadores, colectivos, asociaciones, y promuevan espacios, revistas,festivales o eventos únicos, así como los mismos artistas. Más exactamente,el sistema de apoyo de la CAM en la actualidad consiste en un "premio" dearte, y hasta hace poco había una subvención destinada a galerías paraasistir a feria de arte internacionales, que no sé si sigue existiendo. Paraartes escénicas hay un sinfín de convocatorias, una de las cuales incluyó,creo que en 2001, una sección para artes visuales, y nunca más. ¿Por qué sefinancia tan generosamente el teatro y no el arte? Seguramente ni ellos losaben. Desde luego Esperanza Aguirre ignora por completo cómo es su propiapolítica cultural, porque en el catálogo de ARCO 2005 escribió: "El gobiernode la Comunidad de Madrid incentiva la creatividad de los artistascontemporáneos a través de numerosas convocatorias y de su apoyo a foros,exposiciones y ferias."(7) Y lo más sorprendente es que aunque en realidadno hay convocatorias ni canales para solicitar dinero para proyectos deartes visuales, vemos el logotipo de la CAM en muchos de ellos, desde elFestival Edición Madrid a PhotoEspaña o ARCO.Entre tanto el tejido cultural de Madrid está cada vez más dañado, pese aque vaya a haber una nueva movida, como amenazan desde Alcalá 31. Esta esuna realidad tan patente que hasta La Fábrica, responsable en buena medidadel desastre, lo reconoció así tras una informal encuesta hace un año.Creo firmemente, y seguro que no soy el único, que Madrid necesita unsistema de apoyo a la creación que sea transparente, pensado a largo plazo,con criterios consensuados con los diversos colectivos profesionales queactúan en la Comunidad, pero en especial con lo que conocemos intuitivamentecomo creación de base y con el tejido asociativo. Los tres millones gastadosen el homenaje habrían bastado para poner en marcha, a lo largo de lalegislatura que ahora acaba, un sistema de apoyo en condiciones y empezar acorregir los muchos males que nos aquejan. Es necesario acabar con laarbitrariedad y el oportunismo político en el uso de los fondos públicos, denuestro dinero, y es además un derecho no sólo de los creadores, sino de lasociedad en su conjunto, puesto que se le está negando el acceso a lacultura. Se le está dando gato por liebre, y se le está ofreciendo, comodice Habermas, una experiencia de tipo regresivo, en lugar de la oportunidadde involucrarse en un ambiente cultural diverso, crítico y enriquecedor.¿Y qué hacer? Lo primero no colaborar. Resistir. Decir NO cuando hay quedecirlo, que no es siempre, ni siquiera con frecuencia, pero sí cuando tienesentido. Romper las redes clientelares. Negarles la legitimidad que extraende nuestro trabajo y dilapidan en cuestiones partidistas.(8) Lo segundo, yesto ya lo hemos repetido hasta la saciedad en conversaciones de café, esformar una mesa en la que esté cabalmente representado el tejido asociativodel arte de Madrid, para redactar el sistema de apoyo a la creación, ya quenuestros políticos no son capaces de hacer el trabajo por el que lespagamos. Hasta entonces, y mientras los mismos artistas que se quejan de lasituación participen en estos saraos o quieran acceder a repartosarbitrarios de dinero, tendremos que seguir soportando malas prácticaspolíticas y una imparable degradación de nuestro entorno cultural.(1) No considero que las 9 mesas redondas organizadas por Fernando Huicipuedan tomarse como una revisión seria de las artes visuales en los 80 y surelación con la Movida.(2) Sánchez, Blanca. Folleto desplegable gratuito, edita la CAM. Madrid2006. La trascripción es literal.(3) Subirats, Eduardo. Transición y espectáculo, en Intransiciones. Críticade la cultura española. Ed. Biblioteca Nueva. Madrid 2002. Pág. 78.(4) Varios autores. Folleto desplegable gratuito, edita la CAM Madrid 2006.La trascripción es literal. Negritas de los autores.(5) Habermas, Jürgen. Historia y crítica de la opinión pública. Latransformación estructural de la vida pública. Gustavo Gili. Barcelona 2004.Pág. 195. Nota: la traducción, de 1981, ha quedado desfasada para el estadoactual de la investigación sobre la esfera pública.(6) Hardt, M. y Negri, A. Imperio. Ed. Paidós, Barcelona 2002. pp. 354 y 355(7) Catálogo ARCO'05. Edita ARCO - IFEMA Feria de Madrid. Madrid 2005. Tomo1, pág. 11.(8) Aunque no pasa de ser una anécdota, quiero dejar constancia de que fuiinvitado a una de las mesas redondas del acto fundacional de la nuevamovida, sin que yo entendiese, por la forma en que se hizo la invitación,que se trataba de eso. Lógicamente renuncié a participar en cuanto locomprendí, y sugiero a los organizadores que gasten los 150 euros que meiban a pagar en fotocopiar este texto y repartirlo en los diversos eventosdel tal acto.Copyleftwww.ojoatomico.com (El de la foto es Pablo Pérez Minguez, fotografo de La Movida)
Fuente Mamorro

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