domingo, 2 de marzo de 2008

El Derecho Constitucional y los extremos de España

Soy de los que opinan, que antes de escribir un artículo o sacar un pedazo del alma y presentarlo en sociedad, de antemano, debemos realizar una reflexión profunda, para que nadie se moleste y la columna sea bien comprendida por todos. En mi caso; dada la escasez de ideas que pululan por mi mente, bucear en ellas resulta una labor rápida. Debo decir inicialmente, que ni soy abogado, ni geógrafo, ni mucho menos político, reconozco que soy un analfabeto, sobre todo, en este campo; por lo que lo aquí dicho no tiene mucho que ver con el título de la columna, ni con las ciencias que los competen. No analizaré los preceptos de nuestra Carta Magna ni me referiré a los cabos de Rosas, Finisterre, Gata o Peñas.
Veamos pues; en la campaña de las elecciones 08 y todo lo que las envuelve, surgen actuaciones que dejan patente la necesidad de “torear” con espíritu positivo, en vez de usar la irracional crítica contra lo planteado por los demás aspirantes. La teoría del boomerang nos dice que si no, las pedradas, que lanzamos ayer, pueden darnos en la cabeza hoy. Usar los datos macroeconómicos, o los referidos a la economía doméstica, como armas arrojadizas, es más un ejemplo de Economía de “Chigre” que reflexivo análisis conceptual. Hablar de los datos del informe PISA, que no PIS, sobre educación, refiriendo solo la formación de un adolescente a los últimos dos o cuatro años, de su vida, es un error; la educación de un joven es un proceso, acumulativo, que va desde los tres años, en que se escolariza, hasta el momento en el que se le hacen las pruebas. Y eso ocupa más de diez años; varias legislaturas y distintos emperadores, con sus respectivos pretorianos de educación, economía, etc. Por el contrario, las campañas han de estar fundamentadas, en esencia, en modelos virtuosos para la construcción de un país. De seguir con las descalificaciones, sin retroceder “ni pa tomar impulso” lo único que se logrará es desanimar a los ciudadanos a ejercer su constitucional derecho de votar y, con ello, a elegir quienes sean sus representen durante los próximos cuatro años.
Si esta esencia no se comprende; lo único que podemos conseguir es que los de Gata o de Rosas, y por favor leedme bien entre líneas, se manifiesten, autorizadamente o no, en las calles, por donde pasan, casual o causalmente, los de Peñas o Finisterre y se origine un conflicto. Por que alguno de éstos, no al norte o sur, este u oeste, si no a la extrema izquierda o derecha, o todos ellos, más bien, estén fuera del juego Democrático y solo lo utilicen cuando les viene bien. Recordad, cuando éramos niños, la figura del “amu de les camisetes” o “del balón” que decía quien podía o no jugar, en que equipo y si era o no gol, cuando la pelota pasaba por encima del “morrillu” que teníamos por poste de la portería.
Por ello y para concluir, animaros a todos como conciudadanos a participar en la Fiesta de la Democracia, ejerciendo nuestro derecho a voto. ¡Que ahora que lo pienso; no está exento de cierta erótica!. La de penetrar en las urnas con nuestro voto, y todo ello garantizado por el consenso constitucional que lo ampara; nunca por fuerza, ni imposición terrena o divina. Un saludo a todos; Heri

Heri Gutiérrez García

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