martes, 22 de julio de 2008

EN EL CALOR DEL VERANO

No es la primera vez que, teniendo preparada una columna, la realidad del momento me obliga, de alguna manera, a sustituirla por otra. Casi siempre por que la actualidad sacude a la opinión pública con aguijonazos de avispa africana, terriblemente mortal para el que la sufra. Tenía pensado hacer un análisis sobre el nuevo modelo de financiación autonómica propuesto recientemente para nuestra piel de toro, y como nos puede influir en Asturies. O incluso, y con su permiso, iba a pisar el terreno mercuriano del gran amigo Alejandro de Ancos, atacando a los organismos deportivos internacionales por no permitir participar en los Juegos Olímpicos, a Óscar Pistorius, un joven atleta surafricano, corredor de 400 metros lisos al que le faltan las dos piernas, de rodilla para abajo, amputadas por una malformación a los pocos meses de vida. Pues bien; para no ir más allá, deciros que no se le permite competir por que, supuestamente, sus prótesis le ayudan a correr y le favorecen en la vuelta al anillo; parando el crono, como marca de este año, 46,25 segundos. Tan solo a medio segundo de la mínima olímpica A para participar en los Juegos, un atleta digamos “normal”. La realidad es bien distinta; pues debéis saber que los que lo hacen en iguales condiciones a él, es decir con prótesis, realizan muchos segundos más. Quizás las hipotéticas ayudas a las que los organismos se refieren están instaladas en su cerebro, como la capacidad de superación, casta y orgullo de atleta. Todos los “profesionales” del atletismo sabemos lo que cuesta correr un “cuatro” – vuelta completa a una pista que rodea un campo de fútbol -. Os aconsejo que lo intentéis; incluso aunque sea alrededor de los límites de un campo; sin pista. Así “ta” el mundo; luego queremos que haya deportistas y que la actividad deportiva se instale como referente principal en el ocio de las sociedades actuales.
Pero volvamos a la realidad. A finales del mes pasado han surgido varias noticias que me han conmocionado. La primero; se refiere a la enésima muestra de violencia con que ETA ha dejado patente sus extrañas pretensiones. No entiendo por que los seres humanos no somos capaces de llegar a elaborar sistemas democráticos en los que todos vivamos en Paz. Sólo así se pueden eliminar los radicalismos, intransigencias y asaltos a la Libertad individual y colectiva. ¿ Seremos incapaces de vivir en sociedad? ¿ Podremos llegar a pensar algún día, en mejorar lo global, actuando racional y correctamente desde lo local?. Por ahí queda la idea; pues doctores tiene la Santa Madre Iglesia
Otra catarsis del subconsciente colectivo, surge en una televisión, a altas horas de la noche, cuando se proyectan fotos de un par de jóvenes gitanas rumanas, de 11 y 13 años, en la flor de su desgraciada y marginal vida, y que no importa a nadie, yacidas muertas en una playa de Nápoles, Italia, bota de Europa y parte del Primer Mundo ¿desarrollado?. Rodeadas de turistas, que toman baños de sol y de mar, sin preocuparles los cadáveres de las jóvenes, que además de ser romanís, son rumanas...Y el “molín; moliendo...” y la justicia social sufriendo.
En la tercera; no como los “perjúmenes” que cantaban Carlos Mejía Godoy y sus “Chicos de Palacahuina”, si no más bien, como el tercero de los cuatro, jinetes del Apocalipsis, aparece un Psiquiatra serbio, amante de la poesía. Hasta aquí; nada hace presagiar la inclusión del galeno en las filas de la sinrazón. Pero si os doy su nombre, y las actividades que desarrolló, lejos de la medicina, a principio de los años noventa, os parecerá normal, que lo tilde de abanderado de la misma. Me refiero a Radovan Karadzic, presidente de la república Serbobosnia durante 1992 y 1995. Fue culpable del asedio de Sarajevo y de haber autorizado los disparos contra civiles durante los 43 meses, donde fallecieron miles de bosnios musulmanes y croatas. Cuatro meses después llegaría la acusación de genocidio por organizar la matanza sistemática y premeditada de los hombres musulmanes refugiados con sus familias en Srebrenica, al este de Bosnia; donde además se vio salpicado, por permanecer impasible y de “brazos cruzados” un contingente de cascos azules de la ONU, cuyos comandantes y altos cargos fueron así mismo condenados, por permitir el genocidio....
Y aunque no nos demos cuenta; o no queramos hacerlo, por que si no la existencia que disfrutamos, plagada de hipotecas y esclavizados por el trabajo, las deudas y el difícil peregrinar por el desierto hasta llegar al fin de mes, podría verse vulnerada más todavía, existen, ahí fuera, como decía Malder a Scully, en “Expediente X”, muchas más verdades, tornadas en calamidades sociales; creídos “hijosdalgo” e individuos que “despotrican” contra los demás, cuando lo que deberían es mirarse al espejo, de vez en cuando, so riesgo de romperlo al reflejar algo que nos les guste. Por ello, como siempre, amigos míos, Carpe Diem.
Heri Gutiérrez

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