
El crimen perfecto no deja huellas, ni rastro del autor del crimen. De este modo el crimen perfecto sólo puede consistir en romper sistemáticamente una minúscula fibra del corazón de tu enemigo cada día, en destruirle meticulosamente toda esperanza, toda razón de su existencia… mientras él ignora por qué esa necesidad creciente, irresistible, insoslayable, de suicidio.
Fuente http://cuandodespertoeldinosaurio.blogspot.com/
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