martes, 29 de diciembre de 2009

MIOPIA Y GUERRA DE CULTURAS

Reconozco, antes de nada mi miopía. De hecho; creo haber contado alguna vez que nunca jugué al fútbol por que era perjudicial para los niños traer lentillas y además, por otro lado, no había balones con cascabeles. Así que solo me quedaba correr. Pero esa, es otra historia. Dicen los que saben, que cuando se pretende reflexionar sobre algún tema, para no dañar a nadie, es necesario, antes de nada, reconocer los errores propios. Y...¡Ay Dios; qué sería de mi sin las lentillas y otras muletas, emocionales, mentales y físicas!.
Hace unos días, un representante español en la Cámara Europea y personaje público, aunque en sus palabras actuaba a título personal, culpaba a la sociedad española de haberse hecho insensible y miope respecto a un cierto tipo de forma de vida y familia. Como tal; no la critico ya que es su opinión y elección para con su existencia. Pero si tengo claro que deben poder coexistir otras bien distintas que den cabida a todos los nacidos en este mundo global. ¿Quién puede pensar que su razón es la que todos deben obedecer?. ¿O qué la fe que profesa es la única verdadera y universal?. En Yuma, la “peli” que lanzó a “Saritísima” al cine mundial, Samule Fuller consiguió dar una pincelada ciertamente futurista y adelantada a su tiempo cuando un fornido Charles Bronson, jefe Nube Roja de la tribu comanche, abre los brazos sin rencor a un orondo Rod Steijer, soldado rebelde O'Meara, ajeno a la rendición y unión de culturas civilizadas y paradójicamente asimilado a una salvaje que lo redime. “Si tu Dios te permite luchar por las causas justas y es el padre de todo lo que hay en el cielo la tierra; tu Dios y el nuestro es el mismo, pero con distinto nombre”, sentenciaba el Noble Salvaje. Tres cuartos de lo mismo, supuso para Robinson Crusoe la isla solitaria en la que perdido se transformó en un ser social, según el relato de Daniel Defoe, después de haber vivido su juventud como un verdadero villano.
Mucho se discute en el mundo de la Antropología Social, sobre la posibilidad de comparar distintas culturas y su jerarquización. Quién así opina, olvida los planteamientos del relativismo cultural que consideran que éstas son de por si importantes y la superposición, de unas sobre otras por los criterios que se elijan, es infructuosa a la vez que simiente de alienación de los pueblos, xenofobia y, contrariamente a lo que puede parecer, de la fractura social dentro de la misma, en grupos ideológicamente irreconciliables. Por algo; algunos antropólogos hablan no ya de guerra entre culturas, sino de disputas entre defensores y agresores de ésta. El problema ya está planteado; por que hay quien se incrusta en carcasa plateada, a modo de armadura de caballero de la mesa redonda, en busca del “Santo Grial”, considerándose salvaguarda de verdades eternas e inmutables. Y el paso del tiempo demuestra que algunas de ellas son fútiles y altamente proclives a ciertas modas. Como la nueva generación “Ni-Ni”.
Honestamente opino, que cuantas más salidas se den a las personas más libre es la sociedad. No concibo el término reaccionario, libertinaje. La Libertad, se vive y disfruta, en comunidad. Caparla o extralimitarse en su uso, que es lo mismo, es sencillamente ilegal, o quizás alegal. Me explico; aborto, contraconcepción y divorcio, que algunos consideran crímenes contra la humanidad, son a mi juicio las salidas de emergencia para personas que no tienen la posibilidad de seguir soportando una situación insostenible. ¿Puede todo el mundo tener nueve, diez u once hijos?. Lo dudo. ¿Debe una mujer o, en su defecto, un hombre, soportar durante décadas las vejaciones de su cónyuge?. No quiero. No seamos hipócritas; cuántas veces hemos oído relatos en los que una mujer aguantaba años de palizas físicas o, peor aún, psíquicas, sartas de descalificativos; la pasta a cuentagotas y el amor en frío, sin rechistar; porque esclava y sierva se había entregado. Y eso amigos mío, sea cual sea la religión y doctrina que profeséis, no es justo, ni creo que venga plasmado en ningún “sagrado libro”. Y si así es, debe tener una urgente revisión. Por que aunque los creadores fuesen bailando al son de sus tiempos, ha lunas que la Ley de Talión debería haberse disipado de la faz de la tierra. Desgraciadamente; siguen las lapidaciones, ablaciones...Pero también debemos mirarnos introspectivamente, porque también duelen las piedras lanzadas contra el alma; más que las otras.
¿No había viajes de fin de semana a Londres, hace años, donde las familias pudientes enviaban a sus hijas a comprar los “últimos trapitos” y aligerar unos quilitos?. También puede ser un rumor popular. Pero sonaba, como el río que agua lleva.
Evidentemente; las medidas de urgencia criticadas por una parte de la población española, son eso, de urgencia. Lo que significa que están definidas para ser tomadas cuando no hay otra posibilidad. NO significa que la población las use a gusto, como la aspirina para el dolor de cabeza, como ellos creen. Y si se detecta esto. ¿Cómo se soluciona?. Pues sencillamente con la educación en libertad y pluralidad. Totalmente distinta a aquella rancia “formación del espíritu nacional” que padecieron nuestros mayores. Así podríamos decidir lo que mejor nos conviene sin dañar a los demás, la capacidad de amar a quien deseemos, vivir donde más nos guste siguiendo el modo que nos apetezca, dentro de la legalidad y en el amor a la libertad y al prójimo. Por que la única norma que nos obliga es la Ley, la Ley del Hombre.

Heri Gutiérrez García.

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