miércoles, 17 de febrero de 2010

embrionario


En la cámara de las creencias, él manifestó ser todas las orejas, y todo el esquema de una charla sin cobertura ideológica... Yo soy –dijo- la ruptura de las moralejas, el coro y el cántaro de los asuntos sobre separación de un margen. Pero la vida es un tobogán inatento a las descargas, adonde poco importan los patriarcas en los perímetros de la eventualidad. No hay conciencia de espectáculo en la naturaleza, ni especie con sombrero incorpóreo que pueda encajonar, -en niveles esenciales- a la imaginación de la lluvia que abraza la respiración de una estrella.

No hay comentarios: