martes, 21 de septiembre de 2010

GRITA: SOLIDARIDAD


Allá por los años ochenta Miguel Ríos, que de haber nacido la margen norte del Río Bravo, en las fauces del imperio, se habría llamado Mike Rivers, cantaba algo así como: “...Llega el año 2000, que misterios traeráaa...Un lugar de terroooor o simplemente no habrá...Vida en esta tierraaaa ...” Pues querid@s amig@s, llevamos consumida ya la primer década, nunca prodigiosa, más bien podridamente obscena, y las cosas siguen pintando bastos, igual que en la “Movida”, lo mismo que en el Rubicón del milenio.
Fue en ese momento, cuando nos amenazaba la catarsis mundial, ocaso de las civilizaciones, por mor o desamor de los dígitos de las computadoras que locas y desbocadas podrían lanzar los euro-misiles que otrora “Polanski y el ardor” había vaticinado en su “ Ataque preventivo de la URSS”, cuando los sabios señores de los organismos internacionales, los mismos que Isidoro Moreno considera guardianes del sistema neoliberal – yo también suscribo que lo son – vieron, digo, las orejas a los lobos que habían amamantado dentro de su imperio y sintieron las dentelladas de los ajenos en los blanquecinos y escuálidos tobillos de sus cuerpos degradados y corruptos por la viscosidad de la pasta que sirve para fabricar dinero, que poderoso caballero siempre es.
Pues bien es en ese discurrir del tiempo cuando surge, cual prodigio maravilloso, la redacción de los “Ocho objetivos de el milenio”; de ellos creo haber hablado alguna vez y por tal razón solo los citaré: Erradicar la pobreza extrema y el hambre en el mundo; Lograr la universalidad de la enseñanza primaria; Promover la igualdad entre géneros y autonomía de la mujer; Reducir la mortalidad infantil; Mejorar la salud materna; Combatir el SIDA, la malaria y otras enfermedades; Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente; Fomentar una asociación mundial para el desarrollo. Pasados diez años, a solo cinco de prescribir el horizonte para el que se pensaron, fulminadas varias cumbres internacionales con sus respectivas fotos de familia y consabidos “toletazos” en las cabezas de los anti-sistema, todo sigue igual, como la vida de Julito Iglesias. Y lo ratifica no un miembro de cualquier ONG, al unísono hippie trasnochado, sino Oliver de Schutter, delegado de Naciones Unidas en materia de seguridad alimenticia, al inicio de la cumbre celebrada en New York entre los días 20 y 22 de septiembre. Como supondréis este artículo está parido días antes de la susodicha. De forma que todo lo que pueda ocurrir esta en el aire, como “Los sonidos del silencio” de Simon y Garfunkel. No obstante, yo estoy escéptico, triste y desesperanzado respecto a sus resoluciones. Por que nadie demuestra rigor ni respeto hacia los que verdaderamente lo pasan mal. Todos vemos la arenilla que nos molesta dentro del calcetín y olvidamos que hay seres humanos que andan descalzos entre los residuos del mundo ¿civilizado? buscando una mala brizna de su despojo para llevarse a la boca. Claro, como siempre; y ya llovió desde que Mike Jagger y los”Stones” trovaban aquello de “Encantado de conocerte...” en su “Simpathy for the Devil”, proscrita en nuestro país, en tiempos del General, al traducir, con el culo en vez de con los sesos, como “Simpatía” lo que es “Comprensión” - guiño, aquí por que me sale del alma, a los incansables amigos de Sala Oscura, de Sama de Langreo, en la persona de Avelino Fernández. Pues ni una ni la otra, simpatía o comprensión, demuestra el ser humano por sus semejantes más allá del código parental. Vamos todos por las tascas de la vida con la canana cargada de plomo y el revólver, de gatillo trucado, muescado por atrocidades cometidas como deferencia profesional del pistolero.
Pero como siempre os digo, mientras no seamos nosotros los que nos topamos de bruces con el balandrón, valga la redundancia, fanfarrón y bastardo ventajista que es el destino, podemos seguir disfrutando de los rayitos de sol. Permitidme esta vez que esta vez grite desgarrado el habitual CARPE DIEM, amigos.


Heri Gutiérrez García


El montaje fotográfico está sacado de Facebook pero no recuerdo de quién, lo siento.

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