Así quieta, detenida,
el dolor pasa de largo...
Mimetizada en el hielo,
ningún color
delata tu presencia.Ningún estrépito
altera, inamovibles, las horas.Casi no existes.
Tan sólo un olor
antiguo
recuerda que fuiste fuego.
En tiempos de piel morenay cintura desnuda,
de playas y cafés,
de tangos arrebatados
y apretados besos.
Hoy, entregas tu calor
a la seducción del hielo.
No pides piedad.
Pagas el precio
y recoges tu cosecha de paz
y días idénticos.
Ana Rosa Fernández
Las Estaciones
Colección Heracles y Nosotros nº 9
Gijón 1996
No hay comentarios:
Publicar un comentario