Por su edad y
actividad profesional, alguna de mis alumnas, de las más jóvenes. Y también
porque hoy, año de nuestro señor de 2012 -según los Mayas el último de la fila
- como se decía en el pasado, aunque gano les fabes en Asturies, quien sabe si
mañana, después del otoño, estaré en Jamaica, Transilvania, Caracas o Nueva
Delhi poniendo copas, con tanga de leopardo, en las frustradas y mentirosas
noches de las agitadas movidas nacionaliegas. Podría ser. De esta guisa, que me
hubiera deslocalizado a la manida, citada y trovada por Ramoncín, Auserón,
Alaska, Vaquerizo y otros currantes del sarao, capital del Imperio; para más
“INRI” ciudad donde se desató la calamidad que pretendo analizar, a toro
pasado, en esta columna. No cabe el dilema, el Heri, va a tocarnos las vergüenzas con la “Terror
Party” del Madrid Arena; y sí, estáis en lo cierto.
Podrían haber sido, cualquiera de las cuatro o todas ellas, arquitectas,
abogadas, luchadoras de los derechos sociales, lejos de abnegadas madres – como
se maquillaba antes a la esclava actividad de la mujer española antes de la
Transición. Líderes sociales o políticas, deportistas ocasionales o de élite. Pero
una “jodida” macro fiesta se cruzó en sus vidas, en sus carnes y la de sus
familias e hizo burla de la sociedad española, como un Tenorio de pacotilla que
se representa tradicionalmente la noche de su fatal pérdida, horas antes de la
tragedia. Y todo ello, aunque a mi madre
no le guste el modo en el que lo diga, me jode, y mucho, sintiendo el mal uso
que hago habitualmente de la lengua de Cervantes y las patadas al diccionario
de la RAE.
Ahora, en el “después de”, por mucho que se quiera consolar a las
familias y pese al humo que refundan las redes sociales, amén de las
condolencias del Dj, estrella internacional invitado especial a la gala. Ahora
espeto, nadie puede hacerlas volver. Porque no existe una segunda oportunidad,
y eso es mucho más triste aún cuando se ha perdido la vida porque
“supuestamente” algún otro ha querido meter más de la cuenta en su bolsillo.
Supongo que se depurarán responsabilidades, más allá del próximo sábado, y
“calzar” a quien por dolo, prepotencia, versión cañí de lo “sobrao”, la haya
cagado, y bien gorda. ¿Cómo se puede meter un pie del cuarenta y cuatro en un
zapato de tacón y gamuza azul, del cuarenta? Seguro que, como poco, a
martillazos. Pero donde todo vale, las
magulladuras nunca son importantes hasta que se cobran la vida de
alguien. Mundo de sinrazón, un todo a cien en que pululan las cutres ofertas de
ocio y tiempo libre nocturno juvenil o, no tanto, también adulto. Dónde solo
importa el papel couche con que se envuelven los anabolizantes y siliconas
varias que nos cubre las vergüenzas que dejan al descubierto la poca autoestima
y educación que a tod@s nos faltan por arrobas. Un
mundo – país donde los que algunos de los que nos ¿dirigen – representan?
sueltan perlas como “Tira p'alante, que las normas están para violarlas como a
las mujeres” y se quedan tan anchos porque la frase se sacó de contesto al
haber damas presentes.¿De qué nos extrañamos? ¿No permitimos al turismo zafio
de la Europa “rica” que nos escupa en la cara?. Parece que todo vale, de nuevo,
cuando se trata de hacer caja rápidamente.
¡ Cómo nos tomaron el pelo los “chicos
de la movida”! Cada vez estoy más convencido de que eran todos una banda de
farsantes que se subieron al carro del retroceso, que no progreso, dejándonos a
todos con el culo al aire. Y ese pecado de juventud lo pagarán los que vienen
detrás; de hecho ya lo van sufriendo, porque no hay nadie que mueva una paja
por proveerles de una educación cívica de calidad -pública o privada, me da
igual – pero comprometida y responsable con el futuro que les espera. Lo que
les va a quedar, sino, es la lucha diaria de unos descerebrados que, pudiendo
ganar más pasta en otros menesteres, quizás, les llenamos la cabeza de ideas
que les resultan a todas luces inútiles; como nosotros, sus mayores, lo
creíamos también en su edad. Recuerdo las palabras de una profesora de Física,
langreana ella, - Covadonga Revilla – en mi lejana secundaria:“Vais a ser los
conejillos de indias de la Democracia”. Y a Fe que tenía razón; pero o muy
malos fueron los científicos que nos inocularon el germen de la conciencia social o muy poco duró en nuestra
sangre dicho suero. En fin, que tristemente, esta vez, solo me queda el
socorrido carpe diem, amigos, para todos. Y aunque nunca les llegue, el abrazo
de solidaridad a todos los familiares de las jóvenes a cuya memoria dedico esta
columna. Va por ellas.
Heri
Gutiérrez García.
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