viernes, 9 de noviembre de 2012

PODRÍAN HABER SIDO


Por su edad y actividad profesional, alguna de mis alumnas, de las más jóvenes. Y también porque hoy, año de nuestro señor de 2012 -según los Mayas el último de la fila - como se decía en el pasado, aunque gano les fabes en Asturies, quien sabe si mañana, después del otoño, estaré en Jamaica, Transilvania, Caracas o Nueva Delhi poniendo copas, con tanga de leopardo, en las frustradas y mentirosas noches de las agitadas movidas nacionaliegas. Podría ser. De esta guisa, que me hubiera deslocalizado a la manida, citada y trovada por Ramoncín, Auserón, Alaska, Vaquerizo y otros currantes del sarao, capital del Imperio; para más “INRI” ciudad donde se desató la calamidad que pretendo analizar, a toro pasado, en esta columna. No cabe el dilema, el Heri, va  a tocarnos las vergüenzas con la “Terror Party” del Madrid Arena; y sí, estáis en lo cierto.

Podrían haber sido, cualquiera de las cuatro o todas ellas, arquitectas, abogadas, luchadoras de los derechos sociales, lejos de abnegadas madres – como se maquillaba antes a la esclava actividad de la mujer española antes de la Transición. Líderes sociales o políticas, deportistas ocasionales o de élite. Pero una “jodida” macro fiesta se cruzó en sus vidas, en sus carnes y la de sus familias e hizo burla de la sociedad española, como un Tenorio de pacotilla que se representa tradicionalmente la noche de su fatal pérdida, horas antes de la tragedia. Y todo ello, aunque a  mi madre no le guste el modo en el que lo diga, me jode, y mucho, sintiendo el mal uso que hago habitualmente de la lengua de Cervantes y las patadas al diccionario de la RAE.
Ahora, en el “después de”, por mucho que se quiera consolar a las familias y pese al humo que refundan las redes sociales, amén de las condolencias del Dj, estrella internacional invitado especial a la gala. Ahora espeto, nadie puede hacerlas volver. Porque no existe una segunda oportunidad, y eso es mucho más triste aún cuando se ha perdido la vida porque “supuestamente” algún otro ha querido meter más de la cuenta en su bolsillo. Supongo que se depurarán responsabilidades, más allá del próximo sábado, y “calzar” a quien por dolo, prepotencia, versión cañí de lo “sobrao”, la haya cagado, y bien gorda. ¿Cómo se puede meter un pie del cuarenta y cuatro en un zapato de tacón y gamuza azul, del cuarenta? Seguro que, como poco, a martillazos. Pero donde todo vale, las  magulladuras nunca son importantes hasta que se cobran la vida de alguien. Mundo de sinrazón, un todo a cien en que pululan las cutres ofertas de ocio y tiempo libre nocturno juvenil o, no tanto, también adulto. Dónde solo importa el papel couche con que se envuelven los anabolizantes y siliconas varias que nos cubre las vergüenzas que dejan al descubierto la poca autoestima y educación que a tod@s nos faltan por arrobas. Un mundo – país donde los que algunos de los que nos ¿dirigen – representan? sueltan perlas como “Tira p'alante, que las normas están para violarlas como a las mujeres” y se quedan tan anchos porque la frase se sacó de contesto al haber damas presentes.¿De qué nos extrañamos? ¿No permitimos al turismo zafio de la Europa “rica” que nos escupa en la cara?. Parece que todo vale, de nuevo, cuando se trata de hacer caja rápidamente.
            ¡ Cómo nos tomaron el pelo los “chicos de la movida”! Cada vez estoy más convencido de que eran todos una banda de farsantes que se subieron al carro del retroceso, que no progreso, dejándonos a todos con el culo al aire. Y ese pecado de juventud lo pagarán los que vienen detrás; de hecho ya lo van sufriendo, porque no hay nadie que mueva una paja por proveerles de una educación cívica de calidad -pública o privada, me da igual – pero comprometida y responsable con el futuro que les espera. Lo que les va a quedar, sino, es la lucha diaria de unos descerebrados que, pudiendo ganar más pasta en otros menesteres, quizás, les llenamos la cabeza de ideas que les resultan a todas luces inútiles; como nosotros, sus mayores, lo creíamos también en su edad. Recuerdo las palabras de una profesora de Física, langreana ella, - Covadonga Revilla – en mi lejana secundaria:“Vais a ser los conejillos de indias de la Democracia”. Y a Fe que tenía razón; pero o muy malos fueron los científicos que nos inocularon el germen de la  conciencia social o muy poco duró en nuestra sangre dicho suero. En fin, que tristemente, esta vez, solo me queda el socorrido carpe diem, amigos, para todos. Y aunque nunca les llegue, el abrazo de solidaridad a todos los familiares de las jóvenes a cuya memoria dedico esta columna. Va por ellas.

                                                                                              Heri Gutiérrez García. 

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