domingo, 19 de mayo de 2013

EL BAILE DE LAS MIL CIFRAS O EL CANTAR DE LOS CANTARES


Hay un dicho que califica a los economistas como los profesionales que se dedican a formular complicados modelos matemáticos para explicar lo sucedido y pronosticar lo que  ocurrirá. Pero desgraciadamente, con el transcurrir del tiempo, el dios Cronos, nos demuestra que nada sirve, ni es real, más allá de los desvelos por casar matrices con ecuaciones diferenciales, integrales y miles de incógnitas en un mundo de enigmáticos sistemas matemáticos estériles. Así que el economista serelameteorizado sobre sus propias meteduras de pata. No obstante, recuerdo como casi de la Prehistoria, mis tiempos de estudiante en la Facultad de Económicas del Cristo, cuando Cándido Pañeda,profede una de las últimas asignaturas de aquella licenciatura que fue vía crucis personal, casi martirio, nos conminaba a que cuando viésemos una botella de dos litros, mediada, no nos regocijásemos solo en la banalidad medio llena o medio vacía, sino que reflexionásemos, más allá, sentenciando independientemente de la ideología, libertad de cátedra para los que nos dedicamos al sagrado arte de la Educación, casi rapsodas obsoletos hoy en día,  y acertáramos a concluir que su contenido era de un litro.

         Algo similar debe ocurrir en la Política, a tenor de los dispares significados que se imbrican a un mismo dato económicosocial - demográfico. Sería largo y tedioso analizar el significado real de esta actividad humana. Como botón de muestra, Aristóteles la consideraba como la manera de ejercer el poder para solucionar los problemas que una sociedad enfrenta, en cada etapa de su Historia. y un jamón, me diréis y seguro que tendréis razón, sobretodo hoy en día que ha trasmutado hacia una actividad profesional con parámetros y quehaceres propios, casi tipificados. Tampoco pretendo entrar en el significado antropológico que mimetiza el uso del poder coactivo sobre la población. Aterrizaré, con las garras desplegadas, sobre la prepotente dialéctica que la política estila, capaz de subyugar y sodomizar a todos los ciudadanos que vivimos en un país, sea España o Sildavía, Freedonia o Coppertonia. Sí, compatriotas sí, porque del mal uso que hacen sus profesionales terminamos bebiendo todos, trabajadores, parados, pensionistas, funcionarios y astronautas -  a no, que aquí no hay astronautas, ni parados, tampoco, creo -.

         Por contra, tan importante era esta actividad y tal era su dignidad que algunos de sus profesionales en el Mundo Clásico, cuandometían la patase hacían el harakiri - ah no, perdón, que esto era en Japón, por aquellas Cipango -. ¡Bueno, pero casi! Aquellos a los que me refiero, por dignos, se sumergían en una terma caliente y se abrían las venas abandonándose plácidamente.  No por Dios, no pensad que pido tal acto de valentía y decencia a los políticos actuales del mundo libre. Ni tanto ni tan calvo. Sería consecuente, no obstante, exigir una profesionalización, más bien, ejercicio de cordura en la tarea que ocupan. Y eso implicaría, solo, independientemente de las siglas que marquen su identidad y su ideología, si la profesan, cortarse la coleta dignamente cuando se han agotado los argumentos o, en su caso, si los que se esgrimen no sirven. Por contra se baila una mazurca para miles de muertos, con el paradigma de la sinrazón que usurpa el Diego donde se dijo digo, que pierde la memoria sobre la autoría de los muchos desmanes que sufrimos en la Historia reciente y por contra se graban a fuego los aciertos, rara avis, del momento. Y al ataque; porque en un alarde de desahogo efectista – magia potagia -  se tornan positivos datos de por si terriblemente lacerantes. Así el dato de seis millones doscientos mil parados es positivo porque al igual que el de la recesión de nuestra economía nacional, ha visto frenada su tendencial caída en barrena, durante el último solsticio. Nadie pierde, vamos, como si tras una goleada por cuatro a cero, o cien a uno, significara que en la vuelta, tal paliza, nos haría reaccionar y pasar por encima del rival, como si éste no jugara. En fin, amiguitos, como diría el casposo Torrente, por algo España “is different”. ¡No perdón! “Spanien das verschieden” que será, parece, la nova trova ahora que se va a permitir la “invasión” de capital germano para reflotar nuestra economía. Por cierto, ¿no cabría preguntarse, al respecto quién diablos la echó abajo? Una pista, los muchos tecnócratas y estadistas, al uso, versión Anggy Merkel o Mario Prodhi, que en las últimas décadas nos han dañado y lacerado mucho más profundamente que las disputas, trascendentales controversias, entre Mou y Casillas, su desamor por Sara Carbonero o los conflictos emocionales en Gran Hermano. Cuestiones vitales, ellas, que tanto nos preocupan y desvelan a todos. 

 

                                                                                              Heri Gutiérrez García.

 

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